Para la elaboración de cerveza, se utilizan principalmente dos tipos de cebada: la cebada malteada y la cebada no malteada (también conocida como cebada cruda o cebada no malteada).
- Cebada Malteada: La cebada malteada es la forma más común de cebada utilizada en la producción de cerveza. Antes de su uso, los granos de cebada son sometidos a un proceso de malteado, que implica germinar los granos y luego secarlos en un horno. Este proceso transforma los almidones presentes en los granos en azúcares fermentables, como la maltosa. La cebada malteada proporciona los azúcares necesarios para la fermentación durante la elaboración de la cerveza, así como también aporta sabores y colores característicos al mosto.
- Cebada No Malteada: Aunque menos común, la cebada no malteada también puede utilizarse en la elaboración de cerveza. En este caso, los granos de cebada no han sido sometidos al proceso de malteado. La cebada no malteada se puede utilizar en la producción de cervezas especiales, como algunas cervezas artesanales o cervezas tradicionales de ciertas regiones, donde se busca un perfil de sabor específico.
Es importante destacar que la calidad y características de la cebada utilizada en la elaboración de la cerveza pueden influir significativamente en el sabor, aroma y cuerpo del producto final. Los cerveceros suelen elegir cuidadosamente el tipo de cebada y el proceso de malteado según el estilo de cerveza que deseen producir.